Putoamismo: El pequeño Nicolás

Siete meses han pasado ya desde que inauguré una «nueva» sección: Putoamismo. Puede explicarse tal retraso si recordamos mi consumada y extrema pereza. Sinceramente, tenía este texto pendiente desde que empecé la sección. Supongo que eso significa, además de que soy un vago y un irresponsable, que no he necesitado explotar esta sección para rellenar miércoles; dicho de otra forma, he tenido temas suficientes durante siete meses como para no repetir sección. Viéndolo desde esta perspectiva me alegro de tardar tanto. En fin, vamos al grano; no pretendo que me quede un texto tan largo como el anterior (1352 palabras, según el contador). Ciertamente, el señor Boyero despierta más emociones en mí que el chico que voy a evaluar. Es importante decir que me baso en lo escrito en la Wikipedia y en cómo viví cada nuevo dato recogido para la posterior evaluación. No me voy a extender demasiado -aunque ya lo estoy haciendo- ni a dar información supuestamente correcta por verdadera, pues la figura de este muchacho está rodeada de misterio.

¿Por qué el joven Francisco Nicolás Gómez Iglesias merece ser examinado atendiendo a los criterios de evaluación putoamísmicos? Pues porque este mozalbete fue durante algún tiempo lo único que me interesaba del mundo exterior. Apenas veía noticias de política hasta que me enteré de la existencia del que apodaron como «El pequeño Nicolás» -simple pero efectivo. Se comentaba que había estado manipulando mediante labia, trajes y coches elegantes a empresas y políticos. Según la Wikipedia fue «acusado de falsedad documental, estafa en grado de tentativa y usurpación de funciones públicas y estado civil, además de ser imputado posteriormente por revelación de secretos, cohecho impropio, malversación de caudales públicos y tráfico de influencias«. No está mal para un joven de veintitantos años. Definido como superdotado y megalómano, ha sobornado -supuestamente, recordemos- a empresas, se metió en medio del olvidado «caso Pujol» e hizo correr el falso rumor de que nuestro maravilloso e imprescindible rey Juan Carlos I Felipe VI visitaría un pueblo. Si bien es digno de admirar que un joven estudiante de Derecho se sirviera del don de la palabra, de las formas adecuadas y seguramente de algún contacto que otro para dejar en ridículo todo el sistema gubernamental, su aparición en programas basura que no voy a citar le hacen perder valiosos puntos.

Si tuviera que determinar el grado de putoamismo de este chico del 1 al 10, sin duda le daría un

4,61

¿Por qué?

  • Se le acusa de soborno, revelación de secretos, tráfico de influencias y mucho más sin ser nadie destacado. El rapaz incluso llegó a decir que colaboró con el CNI y que posee secretos que tambalearían el estado.
  • Utilizó la cabeza y sus mejores herramientas para dejar en ridículo a todo el país.
  • Es posible, sin embargo, que más de un hecho que se le atribuya no sea verdadero.
  • Además, no solo no ha sabido aprovechar su fama para bien (como atacar el sistema estatal) sino que fue aprovechado para aumentar el número de espectadores de programas de telebasura, para conseguir más dinero y fama de forma rápida pero a costa de su dignidad humana.

Si hubiera aparecido como un simple estudiante de Derecho que hubiera hecho burla de todo el país y hubiera aprovechado que era el objetivo del periodismo para destapar el vergonzoso sistema que tenemos o simplemente hubiera desaparecido por donde vino, tendría mejor nota. Lo que le ha hecho bajar puntos ha sido salir en la telebasura. Aún así, un 4,61 no es mala nota; la suficiente como para dedicarle una entrada de esta sección.

Esto es todo por hoy. Recordad: si llegáis a una buena posición mintiendo, no lo echéis todo por la borda. Ante todo, respetaos a vosotros mismos, como diría aquel.

Hasta el miércoles que viene.

 

5 comentarios en “Putoamismo: El pequeño Nicolás

  1. El no tan pequeño Nicolás y todo lo que a su caso se refiere está envuelto por un aura de misterio. Si la «versión oficial» fuere realmente cierta, se merece sin duda alguna un espacio en esta -esperemos que sólo por el momento- pequeña colección de personajes.

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